Nuestra historia:
Cuando uno se convierte en mamá, todo cambia y se observa el mundo desde una perspectiva completamente distinta. Durante mi embarazo, le comenté a Yeremi el deseo inmenso de no perderme ni un solo instante del crecimiento de nuestra hija, Esmeralda, ya que anhelaba ser una madre dedicada por completo. Estuve orientándome de todas las posibles compañías en donde podía ser consultora y trabajar desde nuestro hogar, que era una manera de generar ingresos estando tiempo completo con nuestro tesoro. Fue una conversación difícil de sostener con mi esposo y me llevó dos meses tomar una decisión firme, pues él no compartía mi mismo nivel de optimismo. Sus palabras no se me olvidarán nunca “pues al menos que recuperes la inversión, está bien”. Para ese entonces, él no creía que trabajar desde el hogar podría dar resultados, pero para mí sí, toda mi vida me visualizaba y sabía que iba a tener mi propio negocio y dije voy a sorprenderlo. Siempre deseé tener libertad financiera y libertad de tiempo. Yeremi trabajaba de 10 a 14 horas diarias y era muy difícil para todos, en especial para él que no podía disfrutar de su hija y todo el tiempo estaba cansado y solo deseaba dormir, ¿y cómo no? si trabajaba demasiado. Entonces me puse de meta ganar lo mismo que él o más para que pudiera dejar el trabajo y poder trabajar juntos. No se imaginan los sacrificios que hice y las pocas noches que dormí, mi esposo llegaba a las 2 de la mañana y a veces eran las 4 de la madrugada y yo aún seguía trabajando en el negocio y cumpliendo con los deberes del hogar. Todo lo puse en las manos de Dios y en un año lo logré. Algo que nunca se me va olvidar y siempre lo llevo grabado, he incluso recordarlo me pone sentimental, fue cuando Yeremi me dijo “ahora sí sé lo que es tiempo de calidad en familia y ahora sí me estoy disfrutando a Esmeralda de verdad.” Entonces comenzamos a trabajar juntos desde el hogar cuando ya llevábamos 2 años y medio, él me dijo es hora de hacer nuestro propio negocio y yo estaba sorprendida, pues como ya saben él no creía en los negocios. Fue una decisión muy difícil para mí, me costó 3 meses en estar de acuerdo con él y por fin decir que sí. Ahí nació en noviembre del 2020 Trend Vibes la mejor decisión, nuestra segunda bendición y el giro más radical de nuestras vidas. Lo logramos con la adrenalina a tope y con las rodillas temblorosas y si nosotros pudimos lograrlo, tú también puedes hacerlo, porque las metas sí se cumplen, solo tienes que esforzarte lo suficiente.
¿Quiénes somos?
Somos virgorianos, ambos nacidos en Mayagüez, pero criados en San Sebastián. Yeremi nació el 14 de septiembre, mientras que yo el 18 de septiembre. Yeremi es mayor que yo por tan solo 4 días aunque todo el mundo siempre ha pensado que yo soy mayor que él. Yeremi es perfeccionista extremo y yo optimista compulsiva.
Somos una pareja visionera, llena de buenas vibras, con ganas imparables de crecimiento y con un infinito deseo de comernos el mundo. Nos obsesiona la moda y las tendencias. Somos de espíritu alegre, de gran corazón y nos apasiona lo que hacemos. Es por esto, que todo lo hacemos con muchísimo amor y cariño. No somos perfectos, pero día a día trabajamos para ser nuestra mejor versión.
Yeremi tiene un bachillerato en química, pero su pasión es las comunicaciones y la fotografía. Yo tengo un bachillerato en contabilidad pública, pero mi pasión es el modelaje, el baile y las comunicaciones. Ahora con nuestro propio negocio podemos ejecutar nuestras pasiones.
Yeremi es el fotógrafo, artista gráfico y creador de la web. Yo soy la modelo, la imagen de la marca, la encarga de las transmisiones en vivo, encargado del contenido de las redes sociales y responsable que todo se lleve a cabo según la agenda. Ambos empacamos las órdenes con todo el cariño del mundo porque no queremos que tan solo le llegue una orden, sino un grupo de emociones acompañado de un sin número de bellezas.